-Lunes 13 de abril. Se publica en Página12 un artículo dando cuenta de la
toxicidad en embriones anfibios del glifosato (agrotóxico básico del cultivo
de soja). La Fuente es el Laboratorio de Embriología Molecular (Facultad de
Medicina de la UBA-Conicet). El autor: Andrés Carrasco.
-Miércoles 15 de abril. La Asociación de Abogados Ambientalistas presenta un
amparo ante la Corte Suprema. Pide la prohibición del uso y venta hasta
tanto no se determina su toxicidad real.
-Jueves 16 de abril. Página12 publica un artículo dando cuenta del amparo.
-Jueves 16 de abril. Las cámaras empresarias que nuclean a las grandes
empresas del sector (Casafe y Ciafa) lanzan un comunicado, por primera vez,
defendiendo el uso del glifosato.
-Viernes 17 de abril. Syngenta distribuye en su correo interno un duro
comunicado cuestionando la veracidad del estudio y también de la nota.
-Lunes 20 de abril. El Ministerio de Defensa prohíbe la siembra de soja en
sus campos. Es una cantidad mínima para el sistema productivo, pero es el
gesto político más fuerte de los últimos años: un ministerio nacional
cuestiona el uso de agrotóxicos.
-Martes 21. Por primera vez, Clarín y La Nación cuestionan el informe de la
UBA-Conicet. Usan potencial y cuestionan el estudio. Ambas notas utilizan
fuentes de las cámaras empresarias. La Nación es el más sincero: "El agro
teme que se prohíba el glifosato". Está claro que cuando dice "el agro" no
se refiere a un productor, sí a las grandes empresas que aparecen los
sábados en sus páginas.
-Miércoles 22. Dos abogados y un escribano se presentan en el Laboratorio de
Carrasco (él no se encontraba) en la UBA. Intimidan a los trabajadores y
exigen el estudio sobre glifosato. Al no obtener respuesta a su
intimidación, frente a escribano público "deducen" que el estudio no existe.
-Miércoles 22. Carrasco recibió llamados intimidatorios y anónimos.
-Viernes 24. La Nación vuelve a cuestionar la existencia del estudio. Afirma
que, según las cámaras empresarias, no hay registro en el Conicet y en el
Laboratorio de la UBA (hecho completamente falso, el verdadero accionar fue
el detallado líneas arriba --del día 22--).
-Andrés Carrasco, como autor y responsable de la investigación, sostiene que
no dará el trabajo a las empresas del sector (sean éstas las cámaras
empresarias o medio de prensa a su servicio). Dejará que jueguen todas las
cartas, para retrucar.
Una copia del informe está en mi poder. También lo tiene el Ministerio de
Defensa, Senado y Diputados. También se lo acaban de pasar al Senasa.
Carrasco se niega a dárselo a Clarín y La Nación, porque sabe que es dárselo
a las corporaciones del agro, que en muy breve tiempo tendrán científicos
cómplices que le harán estudios a medida. Y él está avanzado con nuevos
ensayos aún más críticos al glifosato.
Hasta ahí la crónica de los hechos.
En este medio (y en estas luchas) nos conocemos todos. Por eso, sabrán si
creer estas breves líneas (escritas en caliente y a las apuradas), o creer a
Monsanto, Syngenta y sus voceros de turno.
Abrazo.
Analizando todo tipo de información, no existe ningún documento del Conicet que diga que el glifosato sea un veneno. Creo que debemos saber que todos los alimentos que ingerimos son transgénicos.
ResponderEliminarLos productos orgánicos no alcanzarían para alimentar a todo el mundo. Sería una maravillosa utopía.