Juicio a las Fumigaciones de Barrio Ituzaingó:

Pueblos fumigados somos todxs. La lucha la sostenemos entre todxs: desde los pastizales, lagunas y bañados, los bosques, los ríos, el espinal, el humedal, la llanura, las salinas, pasando por los pueblos, hasta los barrios de las ciudades.

lunes, 1 de junio de 2009

Salud Publica y autonomia cientifica



Charla Debate

Salud pública y autonomía científica:
Investigación, agrotóxicos y salud

viernes 5 de Junio de 2009, 18 hs
Auditorio del Instituto Superior de Estudios Ambientales (ISEA) UNC,
Juan Filloy s/n - Ciudad Universitaria (edificio nuevo de la SECyT)


Dr. Andrés Carrasco

ex- presidente del CONICET

actual director del Laboratorio de Embriología Molecular de la Facultad de Medicina de la UBA.


El Dr. Andrés Carrasco y su equipo de trabajo estudiaron el efecto del glifosato en el desarrollo embrionario de anfibios, demostrando que es tóxico y produce malformaciones neuronales, intestinales y cardíacas en embriones, aún en cantidades muy inferiores a las que se utilizan en la agricultura. Este herbicida, el más utilizado por la industria de la soja RR, se comercializa bajo el nombre de Roundup, de la compañía multinacional Monsanto.

Las organizaciones abajo firmantes expresamos a través de esta actividad nuestra solidaridad con el Dr. Andrés Carrasco y el apoyo a sus investigaciones, sumándonos al reclamo por una verdadera autonomía científica al servicio de la sociedad.
Organizan:
Grupo de Madres de Bº Ituzaingó
MOSIS - Movimiento por un Sistema Integral de Salud
Colectivo “Paren de Fumigar”
Asamblea “¡Córdoba Ciudad Despierta!”
“El Telar” - Trabajadores de Ingeniería
Adhieren:
Instituto Superior de Estudios Ambientales (ISEA)
Programa Espacio Rural-Secretaría de Extensión Universitaria de la UNC.

Investigadores en Formación Córdoba en JCP
Seminario del Cono Sur
C.T.A Córdoba

2 comentarios:

  1. Barañao desmiente estudio contra el glifosato: "No es del Conicet"
    El ministro de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao, le quitó toda legitimidad al trabajo del subsecretario de Defensa, Andrés Carrasco, que alertaba sobre perjuicios para la salud en el herbicida glifosato, que se utiliza en el cultivo de soja.
    El periodista Héctor Huergo, entrevistó en su programa de cable "El campo, la industria verde", al ministro de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao, quien como anticipó La Política Online salió a cruzar duramente el informe del subsecretario de Defensa, Andrés Carrasco, alentado por sectores kirchneristas y que demoniza el cultivo de soja y en especial el uso del herbicida glifosato, como supuesto cancerígeno. Veamos la entrevista:

    LB: Ese estudio, lo realizó el Dr. Andrés Carrasco, que es Director del Laboratorio de Embriología de la Facultad de Medicina, es un investigador que tiene una larga trayectoria en el tema pero es un trabajo que aún no ha sido publicado. Él comunicó sus hallazgos preliminares a la prensa, esto no es parte de un estudio encargado por el CONICET, ni es parte de una comisión institucional. En otras oportunidades se ha pedido al CONICET que se expidiera sobre un tema particular, en ese caso se convoca a un panel de expertos que emiten opinión. Esto es simplemente la comunicación de un investigador particular y no ha sido sometido a juicio por un panel de expertos ni nada por el estilo.

    Esto no implica aseverar nada sobre la veracidad o falsedad de estas investigaciones; es sabido que cualquier sustancia que se usa en cualquier circunstancia tiene potenciales efectos adversos. Este programa se llama la “Industria Verde” y todos los productos industriales, hoy por hoy, tienen una potencial toxicidad. Por eso hay pautas específicas para su uso. Nada está exento de riesgo salvo que se cumpla con las pautas; en el caso del glifosato existen normas para su aplicación que ha fijado la Secretaria de Agricultura sobre la base de experiencias experimentales que se han realizado a nivel mundial.

    Tal vez habría que relativizar un poco estos resultados porque no son directamente extrapolables a lo que podría ocurrir en la situación de campo, es decir, que una sustancia puesta en contacto directo con un tejido puede tener efectos que no se verifican cuando esto se da en condiciones ambientales normales. Por otra parte, existe otra cantidad de estudios en el mismo sentido de exposición de células animales a distintas sustancias usadas que evidencian un efecto pero eso nos es, repito, no es directamente extrapolable. Lo que sí creo es el aspecto positivo, es justamente recalcar que no hay sustancias inocuas, que hay que tener los recaudos necesarios para la manipulación de cualquier producto que se usa.

    HH: Sí. De hecho, ya hace tiempo que en el sector específico de los productos fitosanitarios se recomienda el triple lavado y destrucción de los envases; hay algunas normas que lamentablemente no están generalizadas totalmente. Me parece importante lo que señalaba sobre el uso específico. La impresión que uno tiene es que si usamos el gas oil para hacer andar un ómnibus en la ciudad, el resultado que tenemos es que los chicos van al colegio. Ahora si le ponemos un poco de gas oil al vaso de leche, seguramente vamos a tener intoxicados.

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  2. LB: Sí, claramente esa es la situación. De todos modos existe una comisión ad-hoc para estudiar el efecto de agroquímicos sobre la salud que se creó en el Ministerio de Salud por iniciativa de la señora Presidenta que en el futuro se expedirá. Existe una instancia específica y esto está en permanente revisión, todo lo que afecta la salud pública debe ser revisado rigurosamente.

    HH: Usted tiene una larga experiencia, una trayectoria vinculada a los temas de biología aplicada, en ciencia y en aplicación. Su percepción es que los organismos del Gobierno, más allá de las distintas etapas políticas, ¿han dado respuestas acordes a la envergadura de los temas que se trabajan?

    LB: La experiencia más concreta que tengo es la Comisión Nacional de Biotecnología Agropecuaria, la CONABIA, que en el ámbito de la Secretaria de Agricultura -de la cuál yo he formado parte- ha tenido un trabajo muy serio y riguroso por representantes de distintos sectores. Esto es lo que llevó al país a poder adoptar la utilización de Organismos Genéticamente Modificados (OGM) de una manera responsable y segura. Creo que, además, es ejemplo para otros países de América Latina que un organismo estatal de respuestas adecuadas en materia de reglamentación.

    HH: Nos mencionaba la trayectoria de los organismos que están vinculados, de alguna manera, con la liberación de productos al mercado y en eso usted mencionaba el rol de la CONABIA. A la luz de lo que aconteció en estos últimos años desde la liberación de los primeros Organismos Genéticamente Modificados ¿Usted piensa que hubo algo que hicimos mal, que se debió hacer de otra manera?

    LB: No. Si comparamos con lo que ha sido el contexto internacional, ha sido muy adecuado y responsable el rol de los organismos estatales. Creo que tal vez no se ha abundado lo suficiente en qué implica un Organismo Genéticamente Modificado, todos los pasos que han llevado a su aprobación a nivel mundial; la ausencia de casos de efectos nocivos de OGM sobre la salud. Hay algo que la gente no sabe: que han muerto cientos de personas a causa de la agricultura orgánica por contaminantes bacterianos y no hay ninguna víctima por ningún OGM. No por ello vamos a prohibir la agricultura orgánica pero estamos diciendo que aún eso que parece una tecnología natural y libre de riesgos, tiene riesgos específicos. En todos los casos hay que hacer estudios profundos para ver cuáles son las potenciales consecuencias negativas de determinadas prácticas. Si nuestro país tiene hoy los ingresos que tiene por exportaciones, es por una incorporación temprana y responsable de la biotecnología a la producción agrícola.

    HH: Algunos ven alrededor de este tema que se ha creado un monstruo, la soja y la tan mentada sojización ¿Cuál es su visión sobre esto?

    LB: El problema de la soja es que ha sido demasiado exitosa y quizás por eso se ha convertido en un cultivo casi excluyente. Creo que el deber del Estado es brindar al productor alternativas que sean igualmente rentables. El problema es que si no hay otro cultivo equiparable a la rentabilidad, va a ser muy difícil que un productor siembre otra cosa; y el Estado está trabajando en este tipo de iniciativas, en una cantidad de cultivos que pueden brindar alternativas muy importantes, que pueden ser adaptados a zonas semiáridas. Hay un trabajo muy importante que está realizando el INDEAR, un grupo privado en Rosario, sobre amaranto, un cultivo con enormes posibilidades. Este es el tipo de iniciativas que estamos apoyando justamente para dar una diversificación de la producción. Claramente apostar a un cultivo es riesgoso, no sólo desde el punto de vista ambiental sino económico.

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